Hace unos días recibí un mail que ponía "Encontrado en Facebook" y adjuntaba esta foto (gracias Jesús).
Es increíble porque yo ni siquiera tenía esa foto aunque por supuesto guardaba el recuerdo y lo quiero compartir:
Un día estudiando en Taisho En vino Oyakata al taller y nos comentó que había un vecino que le pagaría porque nosotros (en este momento había venido dos alumnos más por unos días) limpiáramos un parking de malas hierbas.
Si lo analizamos con frialdad Oyakata iba a cobrar un dinero cuya cantidad no nos dijo por que nosotros, estudiantes que hemos pagado 4 cifras por estudiar allí, limpiáramos fincas ajenas. Nadie hizo ningún comentario y simplemente dejamos lo que estábamos haciendo en la escuela y fuimos.
Lo primero fue un parking privado de un señor vecino de la zona, típica explanada asfaltada con las plazas de aparcamiento pintadas en blanco donde debido al calor y lluvias habían crecido malas hierbas en algunas grietas (no eran pocas). Lo curioso de todo aquello es, que Oyakata que es un hombre honorable y muy importante en Japón no estaba de brazos cruzados mirando lo que hacíamos, sino que estaba a mi lado agachado trabajando tanto o más que yo y además nos asistía con bolsas de basura y algunas herramientas, la verdad es que eso da que pensar.
Como terminamos pronto nos llevó a un colegio de Shizuoka que en el patio y algunas zonas también había que quitar no sólo malas hierbas, sino algunas ramas largas y troncos de árboles, así que tocó también coger serrucho y sufrir un poco.
Mis tres meses en Taisho En fueron duros en lo que a trabajo se refiere, pero sin duda este día fue el que más sudé.
Muchas horas más tarde terminamos, Oyakata nos mandó a ducharnos y vestirnos y TODO el dinero que había ganado lo gastó en invitarnos a comer a un restaurante de Sushi, en la foto no habíamos terminado pero conseguimos apilar 50 platos en la torre.
Sin duda Taisho En es una de las mejores (para mi la mejor) escuelas de bonsai del mundo donde en aquel momento podía aprender de Nobuichi Urushibata (Oyakata), Taiga Urushibata y Mario Komsta, pero además recibes un baño de humildad que te hace ver las cosas de otro modo y aprendes a sacar partido de los momentos más duros.
Me fui a la cama agotado y pensando en aquella escena de Karate Kid donde Daniel protesta y refunfuña por pintar, encerar y trabajar haciendo cosas que no tienen nada que ver con el karate, pero luego se da cuenta que todo lo que ha hecho es la base de lo que va a seguir en su vida como karateka.
Alguien cree que no aprendí nada de bonsai aquel día?
Un abrazo y muchísimas gracias.
