El olmo.
Era una birria de chico. No obstante, con el abonado esperaba que éste fuera su año. Estaba cogiendo impulso.
Y brotó con ganas hasta que un día (11 marzo) amaneció así:
lo mismo la tipuana. Ya los pájaros me habían matado así un precioso eucalipto que hoy podría ser el mayor de todos.
Por suerte, este olmo tenía demasiado vigor en reserva. A lo que quedaba, que no era más que un palito de tamaño entre alfiler y palillo dientes que no creo podáis ver en la foto, le empezaron a salir yemas, como perlitas verdes por todos lados. Y bueno, así estaba a 30 de abril, porque ahora está mayor.
Lo tuve bajo esa malla anti pájaros. Ahora tengo ahí tres olmos más que he sembrado. Como di a éste por muerto, y en marzo estaban los olmos a reventar de samaras. No hay más que decir. Germinan en tres días y creo que van a dar el estirón este mismo año. Los estoy abonando mejor.
Aquí las samaras recogidas el 22 de marzo:
Aquí las semillas que llevan en el centro:
Aquí los brotes. Dije que eran tres, pero son cuatro, porque de una de ellas salieron dos:
Esta foto es del 30 de abril. Pero corren que se las pelan.
Aquí fotos de un olmo cargado de semillas el 30 de marzo. No las cogí de ahí.
Detalle de las semillas:
Es curioso que la mayoría de árboles dispersan las semillas en otoño y suelen necesitar horas de frío para estar listas. En cambio los olmos las dan en primavera y listas para germinar.