Paso hoy de nuevo, esta vez para enseñaros el devenir de este proyecto, también de maceta de vivero (bueno, más bien de uno de los chinos del barrio), y con una especie de esas que se ven poco, pero que me ha dado una gran alegría: una santolina (o abrótano). La plantita llegó a casa en diciembre de 2017, y tenía este aspecto:
Aquí, un detalle de la ramificación de este arbustito:
Como anécdota, deciros que tardé algunos días en dar con la especie, ya que la maceta no traía nombre alguno, y encontré algunos bonsais hechos con esta especie que me encantaron. En febrero del año siguiente, y tras haberle ya hecho alguna limpieza de hojarasca seca, la paso a maceta de plástico de entrenamiento, con su kiryu y su akadama, y a invernadero:
Como veis, no era más que un tronquito, con algunas ramitas pequeñas, o sea, mucha faena por delante. En el trasplante comprobé que el tronco del arbusto lignificaba bien, y que tenía un sistema radicular bien definido. Ahora tocaba pacientemente esperar a ver como se comportaba tras el cambio.
La sorpresa fue magnífica, porque sólo en un mes presentaba este aspecto:
Iba creciendo bien, se veía que se podía estructurar bien las ramas, con su alternancia, y ya se intuía que las hojas formarían nubes de forma casi natural. Como veis, ya había comenzado con los alambrados, para ir dando forma al diseño. He de decir, que las ramitas son de una madera muy blanda y flexible, lo que es bueno para dar forma, pero malo porque en cuanto se desalambra, vuelve a su forma anterior. En abril ya presentaba esta forma:
Ver ahí un árbol era todavía una cuestión algo de fe, pero se intuía por donde iba. Si recordáis, 2018 fue un año que llovió muchísimo, días y días enteros en Sevilla, que no suele ser lo habitual, y toda esa lluvia me vino genial, porque para verano, la santolina tenía este aspecto:
Densificaba mucho, brotaba por todos lados (hay que estar haciéndole limpieza cada dos por tres), e iban saliendo nuevas ramitas con que continuar el árbol. En septiembre estaba ya así:
Iba lignificando bien, las ramas iban cogiendo su forma también, y se podía intuir que podía quedar bastante resultón. El trabajo era sobre todo de mantenimiento, es decir, limpiezas y pinzados continuos para espesar, alambrado de las nuevas ramitas en la parte alta, etc...
En febrero del 19, trasplanto a maceta rectangular (aunque el crecimiento sea más lento, me gusta ver los árboles en sus macetas, y no en los coladores o macetas de entrenamiento, que le vamos a hacer...). Las raíces, que pensaba iban a haber engrosado algo, siguen siendo finitas, pero eso sí, perfectamente radiales (no tengo foto de las mismas por desgracia):
Se puede ver que ya ha cogido mucho más cuerpo, está más definido, ha crecido en altura y he ido añadiendo ramas al diseño en alternancia, y las más bajas y antiguas ya tienen forma definida. Aquí un detalle de la base del tronco, donde decido dejar las raíces que brotan del mismo a ver si fusionan de forma parecida al ficus y me ayudan a engordarlo:
Un mes más tarde, a finales de marzo, tras una limpieza en profundidad de la hoja vieja y un realambrado de casi todo el árbol, presentaba este aspecto:
Podéis ver que la evolución hizo que también tuviera que trabajar el tronco, ya que se iba a un lado, y yo lo quería mantener centrado, aunque con ciertas curvas muy sutiles. El número de ramas trabajadas ya era bastante alto, y hasta el ápice se estaba formando por su propia evolución natural y algo de mi intervención también... Yo sabía que pese al importante aclareo, en cuanto fuera avanzando el tiempo volvería a espesar (eso sí, con la consiguiente limpieza de la hojarasca que se va secando, porque como os digo, es un continuo, por lo menos tres veces al año). Para que veáis que ya empezaba a entender bien cómo funcionaba el árbol, este era su aspecto en junio, algo más frondoso, y eso que había recortado ramas para que no se fueran de madre en el ancho (de paso os podéis hacer una idea de su tamaño: es un shohin de poco más de 22 centímetros):
He de decir que durante ese invierno, estuvo en una ventana donde le da el sol al mediodía, lo que sin duda ayudó mucho (uno de mis problemas, y no precisamente pequeño, es que el balcón está al norte, y durante los meses de invierno, no da ni un minuto de sol directo a los árboles, sólo entre marzo y octubre, a primera hora de la mañana y última de la tarde).
Hoy, la santolina está así:
Está bastante densa de follaje, y ya hay que ver de hacerle alguna pequeña limpieza (pero esperaré aún a que empiece la nueva brotación y seque parte de la antigua). También veréis que le he colocado un palillo para que sirva para enderezar el tronco, que se estaba yendo demasiado hacía la derecha, y lo quiero más erguido. Os lo enseño en detalle:
Se puede apreciar también como las ramas que se han ido seleccionando para continuar el árbol hacía arriba ya han lignificado bien. Otro detalle, esta vez del tachiagari:
Las raíces no fusionan, o al menos no de momento, pero como están lignificando y engordando, le van dando más carácter al tronco, que sigue siendo muy finito.
La idea que tengo para su futuro es dejarle alguna rama de sacrificio, para ayudar al engorde del tronco, y que se quede enderazado en la forma que quiero, y seguir simplemente con su mantenimiento habitual (limpieza, realambrado en lo que se vuelva por sus fueros, y poco más). Como decía, hay pocos ejemplares por la web, y no sé si es factible trabajar en un futuro alguna madera muerta o similar, pero de momento tampoco lo veo necesario. Si tengo pensado en próximo trasplante (imagino que para otoño o para el año que viene, aunque ya veremos si no lo hago en unas semanas) pasarlo a una maceta más baja y algo más ancha, porque esta se ve demasiado "rotunda". También lo elevaría un poco más sobre el sustrato, y a ver como va evolucionado el sistema de raíces.
En general no está mal, para ser una plantita que venía de una maceta, y sobre la que apenas hay nada donde aprender en internet. Espero que os guste, porque a mí es de las evoluciones que más me están sorprendiendo, para tener sólo dos añitos de trabajo.
Saludos!
. Aparentemente cicatriza bastante bien, ¿no? Se veía ahí la pasta cicatrizante, y cuando ya lo elevaste no aprecio qué tapaba.